Por
eso sé que perderte no era quedarse sin nada,
la muerte es sólo
la suerte, con una letra cambiada.
Dormir
contigo es repetir francés en una facultad
donde un Miró parece
una esquela
y enseñan cuánto mide la oscuridad: sumando
pesadillas y duermevelas.
Será
mucho mejor, si pretendo huir,
cortar la cuerda, deshacer el nudo.
Ya
no juego en tu tablero.
He roto nuestra baraja.
Sólo diré que
te quiero
si es a punta de navaja.
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